diumenge, 3 de febrer del 2013

ESTRATEGIAS EQUINAS

A pesar de mi enconada persistencia en no hacerlo de ninguna de las maneras, empiezo a percibir de una manera bastante nítida que o recurro a los temas a que prefería dar la espalda, o esto, que no es que sea exactamente un sueño dorado pero sí que es una especie de experimento que me aporta un extraño nivel de gratificación personal, languidece, se queda en un rincón como una rosa de Sant Jordi cuando llega el 1 de mayo.
Conclusión a que he llegado por la pasividad generalizada, en la que me incluyo, pues no deja de ser mi cabezonería en este sentido el considerar que soy el que conoce mejor que nadie lo que la gente quiere leer y estimar que básicamente son los libros y las películas y las series.
Resultado: cómo añoro aquel post con 70 comentarios con medio mundo enzarzado en distintas versiones (incluido el perdón) de inmolación de Eduardo Galeano. Aunque eso no pueda volver a pasar, casi estoy seguro: aunque reprodujésemos una por una todas las circunstancias.
Así que acepto cabizbajo que la política, incluso esa política local que no va a ningún sitio más que a la crispación, es un tema que no debo despreciar por prejuicios o preconcepciones absurdos.

Hecho y dicho esto, lógicamente acumulo un enorme retraso de temas. Pero si se me requiere una especie de lógica periodística, aquella estructura tan socorrida de la prensa de hacer tragar primero la sopa (la política) para acabar con los dulces (el deporte, el ocio), pues optaremos por eso.

Pero que sepáis que el plato de sopa va a ser enorme. Os diría que está en esa indeterminada temperatura que resulta desagradable para cualquier paladar: tibia para fría, de manera que a los que les reconforta caliente les repugna y a los (ya hay que ser raro) que les gusta fría. Y que el contenido sólido de la sopa no va a ser ese agradable cambio de texturas que hace mojar la ropa interior a los chef ultramodernos: se trata de desagradables tropezones que se atragantan y que estropean la ya dudosamente agradable experiencia del líquido templado.

10 comentaris:

  1. Muy estimado F.:
    Hay varios costados por donde entrarle a este asunto. No puedo -ni,acaso, quiera- darle prioridad a alguno de ellos por sobre los demás. Así que esto será aleatorio, según vayan apareciendo las ideas, y no estaría bien inferir un orden de importancia que se base en el cronológico.
    No obstante, por algo ha de ser que lo primero que me aparece sea este comentario sobre aquello que denominás “cabezonería”. Y sí, lo es, planteada en los términos que vos mismo usás: la pretensión/aspiración de ser (copio y pego) el que conoce mejor que nadie lo que la gente quiere leer y estimar que básicamente son los libros y las películas y las series (no mencionaste la música, para comentar la cual ponés el mismo o mayor entusiasmoy/o autoridad). Es un tópico que no da (creo) para demasiado, si vamos a medirlo por la repercusión que obtengas, léase comentarios; las posibilidades son dos, a saber: 1) tu visitante ha leído o visto los libros, películas o series que reseñás, o bien 2) no los ha visto/leído. En este último caso se abren, a su vez, dos sub-posibilidades: 2.a) el visitante sigue tus ¿comentarios, consejos, sugerencias?, o 2.b) decide no seguirlos y entonces lee, ve o escucha lo que defenestraste, u omite la lectura/visionado/audición de lo que recomendás como imprescindible.
    El caso 1) es el potencialmente más rico en cuanto a posibilidad de debates o discusiones: “Estás loco, ese libro que has denostado es buenísimo”, o “Ese que recomendaste como imprescindible es un ladrillo mortal”. Supongo que te frotarías las manos ante cualquiera de estas alternativas. Pero –por razones más que obvias- se me hace que el caso más frecuente es el 2). Y de sus dos variantes, la 2.a).
    Hombre, es que te has ganado merecido respeto, aunque sólo fuera por el abrumador volumen de tus lecturas acumuladas (y no es sólo por eso). Has leído, sólo en el último año, más de lo que un ser humano normal –pongamos “promedio” si no te gusta vértelas con la anormalidad- lee en un lustro. Pero entonces aparece el asunto de la extemporaneidad: si yo compro y leo Estrella distante después de tus ditirambos, por ejemplo, llegaré tarde al debate: para colmo, a mí me pasa (no pretendo que sea una regla general) que un buen libro me sabe mejor cuando lo degusto lenta y minuciosamente, como los mejores manjares, independientemente de que “me haya capturado”, o que “me resulte imposible dejarlo”. O sea: ¿voy a comentar tu reseña meses más tarde, en otro post tuyo en el que hables de cualquier otra cosa?

    (Otra vez me excedí. Sigue en elpróximo comentario)

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  2. Lo que nos lleva a otra cuestión: ¿un libro es un objeto inanimado al que el lector da vida, recreándolo cada vez que lo aborda? ¿O tiene vida propia, y es el lector quien tiene que encontrarla para su disfrute? Hay elementos, valoraciones y ejemplos que apoyan tanto una como la otra de tales propuestas; no sé si tengo partido tomado al respecto, mi balanza está equilibrada, o bien se desequilibra levemente hacia uno y otro lado, según el momento (personal)por el que esté atravesando. Pero si algo pareciera predominar, es la certeza (presente en ambas opciones) de que es uno, lector, quien pone el tuco: los fideos están allí, siempre, entre la tapa y la contratapa. O entre la primera escena y la última de un film, o entre el primer compás y la doble barra final.

    La política, en cualquier caso, es un organismo indudablemente más vivo que un libro. Esta afirmación no es un juicio de valor: no le otorga mayor ni menor merecimiento. Es, simplemente, una observación de la realidad. Tampoco es menor, en absoluto, la realidad de que la política nos afecta, nos influye, nos alcanza, nos involucra a todos, aun a quienes abominan de ella; la lectura, la música o el cine/series, en cambio, son experiencias muchísimo más privadas, que en algunos casos llegan a la categoría de (con perdón) placeres solitarios. Quizá sea por eso que la pasión, sea esto lo que fuere, se desata más fácilmente por estas experiencias vitales (política, o –en otra escala, por cierto- deporte).
    Seguramente será cierto que cuando comentes la política catalana-española-europea-latinoamericana-mundial habrá quien huya despavorido de tu blog, y también estará quien reavive brasas languidecientes y vuelva a participar con renovadas llamas. Tendrás que elegir.
    Personalmente, y ya que se ha dado espontáneamente esa decantación natural por la que comentás libros en un sitio dedicado al comentario de libros, y música en uno de música, y cine/series en otro de cine y series, no veo nada mal –pero nada- que dediques tu living (sala de estar) a hablar de cuestiones personales, convicciones profundas (política) o no, sobre asuntos tan difusos como se te antoje, con el ejemplo proverbial de la inmortalidad del alma del cangrejo como caso paradigmático. Es cuestión de que decidas, en todo tu incuestionable derecho, hasta dónde preferís “mostrarte”, y cuánto de tu privacidad elegís proteger.

    Pido perdón (con un guiño) a Villacresporker por esta nueva torrencialidad.
    Y –ya que estoy- a Alex, de quien todavía no pude discernir si aquello de “tan puesto ahí, tan echao pa’lante” que me propinó una vez fue un elogio o una crítica.

    Un abrazo a todos, en todo caso; si nos encontramos en un mismo lugar (el living de F.), algo debemos tener en común.

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    1. Fue un elogio, don Horacio, tamizado por una jerga local innecesaria. Admiro su discurso y envidio la trasparencia de sus opiniones.

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    2. Cada tanto aparece un post como este en el que Francesc parece instigar a que todo el mundo comente. O en el que se queja de que lo único que mueve los teclados amigos es el tema de la política. Me permito cierta autoridad, ya que leídas casi 500 entradas me estoy convirtiendo en algo así como un especialista de este blog.
      Al margen de esto, guiñador Horacio, hay que ver que justamente el post con más comentarios, ese de Galeano que hace referencia Francesc, no es sobre política, precisamente (o sí, todo es política, estamos de acuerdo en eso, pero ya usted me entiende)
      Me gustaría rescatar que visito blogs con muchos comentarios, mucho de los cuales no dicen absolutamente nada (los comentarios digo, son más bien halagos o saludos o estoy de acuerdo o puteadas- no hablo de ORSAI con el tema del PRI y todo eso-- soy PRO PRI, me gusta, es en lo único que soy PRO, de momento-- -) y los comentarios aquí son siempre muy pertinentes y respetuosos y aportan algo más a la entrada misma, y Francesc los responde a todos religiosamente. Entonces, habría que valorar la calidad y no tanto la cantidad. También está la cuestión del ritmo de publicación frenética, los temas van quedando atrás rápidamente. Y después, o antes o al mismo tiempo, está esto que dice usted, torrencial Horacio, acerca de los libros que los ñatos leemos tiempo después de verlos aquí reseñados. "Estrella distante" y todos los de Bolaño, por ejemplo. Y en mi caso insisto con "Plataforma" de Michel Houellebecq, leída por recomendación de Francesc y que para mí no tiene desperdicio. Tremenda novela. Magistral. Es difícil encajar el comentario en algún sitio que no suene anacrónico, por así decir. (pero ya ve cuán brillantemente lo he encajado, no?- por lo demás les pediría no me hagan mucho caso, hasta me parece mentira estar publicando un comentario. Hace 20 días nació mi segunda hija y sumado a que la más grande, que está por cumplir 4 años, se había agarrado simultáneamente no sabemos qué especie de virus- vómitos,seguidos de 10 días continuos de fiebre-, y que luego la recién nacida no aumentaba de peso según las pretensiones del pediatra y la mar en coche y que en fin ahora estamos todos bien, la bebé engordando y la más grande de vuelta a la normalidad, que en este caso a mí sí me gusta vérmelas con ello- ahí va mi guiño para usted, estimado Horacio- ya me animo a comentar algo de todo lo que se lee por aquí y por otros lados. Pero no esperen ninguna lógica de mi parte...por lo demás, tardé 25 minutos en publicar esto, yendo de aquí para allá con algodones y pañales.)

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  3. Pasaba a leer y me quedé como viendo a dos señores conversar y yo callado en mi rincón, queriendo no perder palabra. El dueño de casa abre la plática, y el señor 2 suelta el discurso.

    Qué distintos son nuestros blogs, Francesc. Tú, con tanto por decir pero, al parecer, desmotivado (¿o lo entendí mal?). Y yo, con nada que me parezca digno de ser publicado.

    No aparece Quién, Sigma o Germán. Talita sigue con Siete y me mantengo sintonizado. Kariu siempre tiene alguna cosa buena que mostrar. Villa, ni aún en twitter lo veo. Pero, como dice Horacio (saludo, Aragona!) algo debemos de tener en común para pasarnos por acá constantemente.

    Política. Por ahora ando medio intoxicado con el tema. Las elecciones están próximas en Ecuador. Aunque la campaña ha sido menos fuerte que en anteriores ocasiones, sigue contaminándonos la vista y el oído. Ha crecido el debate, al parecer, pero por lo demás esto sigo siendo un espectáculo. Show televisivo de candidatos risibles (tenemos un Pastor evangélico que quiere "mandar en nombre del Señor"!), demagogia, regalos, irregularidades. No soy un tipo optimista dentro de este escenario y lo empeoro, creo, tratando de alejarme.

    Libros. Intento leer a Sartre, Saramago y a Oé pero entre la universidad y ocupaciones varias me he alejado bastante de las letras. (Siempre culpando a otros).

    Vamos, no dejes de escribir, Bon, sobre lo que sea. A uno le hace bien pasarse y encontrar novedades o reiteraciones.

    ¡Ánimo!


    P.D.: Sobre el autogol de CR7, ¿no habrá post?

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  4. Rompa con Webstats, Grancesc. Elimine al 'robot' de la puerta y no se preocupe de más. Disfrute.

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    1. Bien: como responder individualmente sólo serviría para falsear estadísticas de comentarios y para alargarme innecesariamente y para olvidar los temas de dos o tres posts que podrían salirme si no desperdicio tiempo en otros menesteres, pues os envío una especie de agradecimiento colectivo, que espero que no quede en eso.
      Horacio: la política es maleable, y me refiero con esa palabra incluso a su acepción más tosca y poco académica: nos conduce a la demagogia y a la sensación de que tantos sitios y tantos blogs son púlpitos y no papeles en blanco donde todos contribuimos. Mi, digamos, partición en distintos medios se ha producido de una manera espontánea pero no debería ser así: sólo este rincón es la salvaguarda de opiniones radicales que incluyen insultos y descalificaciones a autores, o, en el otro lado, comparaciones de mi entusiasmo que bordeen lo escatológico. El problema es que no haya tiempo para todo.
      Lo de Álex era un elogio pero ya te lo ha aclarado él: Álex es un maestro del rodeo verbal, pero cuando llega viene de frente. Sin duda alguna.
      Ronny: cualquier político será mejor que uno que quiera mandar en nombre del Señor. Ya es la hostia que alguien tenga la desfachatez de presentarse con éso. Yo no le he dicho a nadie que mande en Ecuador. Lo desmiento categóricamente. El gol de CR7: si no hubiese hecho ese gol nadie hubiera visto su nuevo peinado. A ver. Y sobre el colectivo que se deshace como un azucarillo a la que bajamos el ritmo de publicación: un símil fatalista de lo fácil que es destruir y lo difícil que es construir. Una lección para la vida, lo cual es una tontería: al final todos suspendemos en la vida. O no.
      Y Villa: te dejé el rincón de lo social: con dos niñas a esas edades y leyendo blogs, en vez de cuidar de encontrar cubreojeras en las tiendas de Villa Crespo. Casi que tu comentario viene a ser un resumen de los de los demás, y casi que con 500 entradas leídas tengas todo el derecho del mundo a salir al balcón a abandonar la atmósfera viciada: felicidades por tu nueva paternidad, y muchas gracias de parte de Anagrama (señores de Anagrama, esa transferencia se está retrasando) y de Houellebecq (que me escupió el otro día a los pies por la calle: su humor mejora a toda velocidad): Plataforma está resultando casi infalible y nadie de los que ha leído se queja a pesar de los cántaros de vitriolo que inundan sus páginas.
      En fin: hay dos cositas de las que no puedo dejar de hablar.
      Gracias por las utilísimas patadas en el trasero. Dije culo.

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  5. Aquí sí que hay un orden de importancia, y muy clarito: aquí gana Villacresporker, por varios cuerpos. Que vienen a ser los de sus hijas. Villa, felicidades por ellas. Me gustaría que te sientas acompañad(ísim)o en eso tan intransferible como lo es la sensación de sostener en las manos algo así como cuatro kilitos de vida, en cuya presencia uno ha tenido (digamos) algo que ver. Mi hijo mayor, que vive en Catalunya, había sido el autor de una frase brillante: “Quiero tanto a mis hijos que no los pienso tener”. Era cierto, y sigue siéndolo: éste no es el mejor de los mundos a los que podemos traerlos, y eso que es el único… Pero es padre, hoy, de una futura Miss Catalunya, y no puede –es imposible- estar más feliz. Lo mismo para usted, V., y para la co-productora.
    Ahora bien: ¿estás seguro de que en aquellos 70 comentarios sobre Galeano no estuvo presente (para bien o para mal) la política? Tendría que releerlos, pero……

    Alex: gracias por el elogio. Me gusta eso de la jerga local; no es innecesaria, da color, mueve a la sonrisa, y a la sensación de estar enriqueciéndome al leerla. Era sólo que, por desconocerla, podía encontrarle sentidos opuestos a tus palabras. Gracias, de nuevo.

    Ronny: tenés toda la razón, la política (tal como hoy la conocemos) es decididamente tóxica. También tenés razón en tu pesimismo. Te pido disculpas (a todos, en realidad, no sólo a vos) si parezco incitarlos a ella; no es así, les juro. Es que hay pasiones inexplicables –acaso ninguna pasión pueda explicarse-: también el alcohol, el tabaco o las drogas duras son tóxicas, y sin embargo la gente sigue tomando, fumando o pinchándose (y no lo digo desde afuera; no entraré en detalles, je…). Suelo poner este ejemplo: si, de pronto, tuviéramos la certeza de que la inmensa mayoría de los pediatras del mundo se han vuelto corruptos, ¿renegaríamos de la Pediatría? ¿O -por el contrario- redoblaríamos los esfuerzos por encontrar a EL pediatra honesto que cure a nuestros hijos? (esperá a tenerlos, y después contame… ;-D )

    Francesc: la demagogia es un riesgo, sí. Los hay en todos lados: mal mirados, los automóviles nos conducen a los choques, y los aviones a las catástrofes aéreas… Sin embargo, debo darte la razón en esto: hay muchos blogs que son púlpitos. No temas: odio los púlpitos. En cambio, me gustan los livings hospitalarios, con buen café, buen vino, y buena conversa.
    (Y no resisto la tentación del chiste pésimo: los púlpitos, sin tilde, son deliciosos)
    (Perdón..)

    A todos: un enorme gusto, el conocerlos (con las limitaciones del caso). En serio.

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  6. Haré llegar el (divino) mensaje a todos los ecuatorianos: el Señor Bon no ha enviado a nadie a mandar en Ecuador. Repito, a nadie.

    Horacio, entiendo lo que dices. Sí, difícil ser optimista. Y no por el hecho de sentirme intoxicado dejo de seguir el juego. Bueno, sí, lo dejo pero lo retomo luego. No pidas disculpas por nada, hombre. Con tus comentarios, si uno no quería leer de tal tema, bueno, termina haciendolo y pensando a gusto. En serio.

    Renegar de los pediatras no, qué corto sería. Me guardaría el mal sabor de boca y a pesar del pesismismo, sí, a seguir buscando a EL pediatra.

    ¡A que las drogas duras dan mejor viaje que la política! jaja. Acá, un vicio común es escribir. Se escribe de los vicios. Horacio se apasiona con la política. Francesc, con muchas temas. Villa, un apasionado temporal de los pañales (felicitaciones!).

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    1. Sobre Horacio hay que insistir: el se piensa que lo prolongado de sus comentarios representa un inconveniente para alguien. Hay que hacer salir a este hombre de ese pensamiento, que lo reprime y lo coarta.
      Puedes decirle al pueblo de Ecuador que Ronny es el que está más cerca de ser el elegido de mis designios.
      Qué bien se siente uno mandando. Voy a dejarme crecer una larga barba blanca, hoy empiezo.

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