dissabte, 3 de desembre del 2011

EL MARQUES DE ESADE

Debido a las constantes distracciones y ajetreo, acabo atendiendo cuestiones más o menos candentes justo cuando esa candencia remite. Lo cual está bien, si uno quiere evitar que se le acuse de oportunista, también porque todo acaba reposando y permite opiniones más serenas (sin exigir ejecuciones públicas, por ejemplo), aún a riesgo de que éstas opiniones acaben sumiéndose en la moderación y la tibieza más lamentable. 
Creo haber mencionado al Urdangarín de las narices hace días por aquí. Por lo menos el sucedáneo de democracia que padecemos, de momento, me permite poner a parir al tío este, sin tener que vivir pendiente de que una patrulla de la policía política se presente en mi casa, a altas horas de la noche a propinarme una paliza por mostrarme poco afín al poder establecido. En cualquier caso, he de decir que me ofende más que este tío sea un chorizo por su antigua relación con el Barça que porque pueda ofender a los borbones. Morcilla malagueña que les deseo, desde aquí, a los borbones. 
En cualquier caso, estando casi completamente seguro de que el yernito no acabará, para nada, entre rejas, me ha dejado fascinado la rapidez con la que ESADE se ha cepillado a Diego Torres, socio del amigo en sus entramados de creatividad contable, fiscal y financiera, perdón, en sus prósperos y honrados negocios. Con lo que ESADE ha actuado con la premura de quien quiere verse rápidamente desmarcado de actuaciones dadas al escándalo, pero a la vez con la crueldad de quien deja en la estacada ipso-facto a cualquier colaborador poco conveniente estéticamente, que pueda estropear su reputación como escuela de negocios (que ya no de empresas), incluso antes de que existan pruebas o condenas. Porque supongo que ESADE era ajeno a las argucias del tal Diego Torres, no ??. Entonces, por qué lo echan tan rápidamente ??. Dos días antes de saltar el escándalo del Palau, Félix Millet aún debía ser invitado a todo acto que se preciara de la 'societat civil catalana'. Dos días después, esas invitaciones debieron acabar en todo tipo de papeleras y destructoras. No era cuestión de dejar rastro.
Qué debía enseñarles Diego Torres a sus alumnos ? A no superar los límites establecidos en ciertas transacciones para esquivar obligaciones?. A conocer esos límites para fragmentar las operaciones con igual fìnalidad?. No es la ùnica vinculación de ESADE con los turbios asuntos del duquecito, y de su depurado amigo. Probad con google y ja hi som tots.


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