dimecres, 23 de març del 2011

ESPUMA DE GASEOSA

Hablarán los libros de ESO que lean nuestros nietos del fenómeno de la blogosfera ??.Habrá autores destacados, micronovelistas, micropoetas, microdramaturgos que habrán ofrecido, gratis, su obra al mundo, y que habrán conseguido trascender para merecerse una línea, una sólo, al lado de Larra y Góngora y D'Ors y Sanchez-Ferlosio.
Mi estricta disciplina para dejar todos los días algo aquí me tiene hipotecado. Los primeros días de marzo experimenté un sufrimiento casi físico, pues sentía que traicionaba, sin saber muy bien a quién (mi principal víctima debía ser yo mismo). Luego caigo en la cuenta que es difícil mantener un nivel constantemente, cada día. Entonces pienso en aquello que se dice de la inspiración y que te pille trabajando. Me debato entre esas dos ideas constantemente. Escribir, a veces, al ralentí, o dejar celosamente guardadas unas cuantas ideas para sacarles brillo en las ocasiones.
Leí un comentario en LV en que un periodista se quejaba de la posibilidad de que Cacaolat (marca a la que la cursiva le queda como un guante) pueda desaparecer como marca, como consecuencia del affaire de Nueva Rumasa. Como catalán, es una imagen asociada fuertemente a mi niñez. Tanto, que me da mucha rabia (mucho coraje es una expresión que no me gusta nada) que empresarios poco escrupulosos (ergo, sin escrúpulos) puedan jugar con esos iconos. A medida que se va indagando sobre el tema de Nueva Rumasa hay dos efectos opuestos : paulatinamente deja de mencionarse de forma diaria, pero cuando sale algo a relucir, lo hace con mayor repercusión. Según leo el grupo de empresas se gestionaba con un sistema de caja única: yo conozco bién eso de la caja única. Se basa en la convicción de que todas las empresas sean hijos, más tontos o más listos, de una única madre financiera. Esta le quita a los listos, que lo hacen bién y disponen de pasta, para dárselo a los no tan listos, que lo reciben como maná celestial. Está claro que a los ruizmas les gustaba eso de tener muchos hijos. Resulta que Cacaolat, empresa boyante, prestaba dinero a otras empresas no tan boyantes, como por ejemplo, Bodegas Garvey. Pero quién puede tomar todavía ponche Garvey en el 2011 ??. Así que los voluntariosos gestores de Cacaolat ven que el resultado económico de su esfuerzo se hunde en la nada, prestado o casi regalado a peores gestores, los de Garvey, que ven que por mal que lo hagan y por poco que se vendan sus productos siempre disponen de la caja única que les salva. Para qué hacerlo bien ??. Bueno, esto es un aburrimiento, pero, permitid que insista, conociendo bien lo que es llevar un negocio con esa filosofía, me era difícil estarme calladito.
Me doy cuenta de que he cortado esa sana costumbre de enganchar el link con youtube para amenizar un poquito tanta letra. Francesc, es que no pones ni fotos: hasta los libros de texto del colegio tienen fotos, y esquemas, y cuadros sinópticos y notas al margen y al pie. Tanta letra agobia. Lo sé, y debo hacer algo al respecto. Visito otros blogs, algunos caseros y modestos, y austeros como éste, otros llenos de links y montones de imágenes donde el puntero del ratón se convierte en una mano, y ese camino abre puertas que retan la imaginación. 


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