dimecres, 29 de setembre del 2010

LA REBELION SILENCIOSA

Resulta que hoy Barcelona ha sido una ciudad cuajada de protestas. Vaya por delante que creo que es bueno protestar, quejarse, agriamente, si es necesario. Si no protestas, hablando en plata, te la cuelan por todos lados. Pero hoy, al margen de la huelga, que me ha dejado bastante frío ( como decía aquel, me la imaginaba más grande ), hoy también había protesta de los anti-sistema ( curioso nombre por que parece que ellos ya empiezan a tener su propio sistema ). Aunque no me importan las rastas ( pero habéis leído a alguien venerar a Bob Marley como yo hago ???), ni oír todo el día a Manu Chao, ni llenarse todas las partes del cuerpo de piercings, debo confesar que "ese" tipo de anti-sistemas me recuerdan poderosamente dos cosas : poco jabón, y muchas ratas dando vueltas. Lo siento, tuve a algunos de ellos relativamente cerca, y era así. Añadiría : poco respeto por la gente que les rodea.
Aquí aún no habíamos hablado de pintura. Soy de la idea que hay que intentar ver los cuadros en su plenitud, de cerca : ver el vigor de la pincelada, la fuerza y la presión del trazo. Seré sincero : no me gusta el arte figurativo, para éso están las cámaras de fotos ( sí, ya sé que no siempre existieron ). No soy un entendido, pero sí tengo pintores favoritos, y quizás no sean tan raritos como otros gustos míos, ahí os he fallado. Klee, Kandinsky, Moholy-Nagy, Jackson Pollock, Monet, algo de los impresionistas, algo de los cubistas, no me entusiasma Dalí, algo de Modigliani. No sé por qué, con 12 o 13 años me empezó a interesar mucho Paul Klee.
Klee convivió con los primeros años del nazismo y fue uno de los catalogados ( no recuerdo la palabra exacta y si me levanto a buscar los libros que tengo sobre él podría desplomarme dormido por el camino ) como "arte aberrante", porque a los nazis les dió por ahí. Uno de los motivos que le hizo merecer este calificativo por parte de semejantes angelitos es el cuadro que reproduzco en este post. Cuando Hitler accedió al poder, entre otras lindezas, ordenó que todos los viaductos que se construyesen en su Alemania respondiesen a una forma y patrón único, supongo que disfrazó su imposición uniformadora de sentido práctico ( a uno le dan ganas de ver otra vez Inglourious Basterds cuando escribe ésto ), pero su delirio alcanzaba estos detalles : todos los viaductos debían ser iguales. Como protesta, Paul Klee pintó este cuadro, dónde no hay un viaducto igual a otro, son irregulares, asimétricos, de diferentes tamaños y colores. Repito, Paul Klee protestó ante el régimen nazi de esta manera. Entonces no habían rastas, claro, y con esa gente, poca broma, pero tuvo esos cojones de manifestar disconformidad a través de su obra. Por suerte huyó y acabó sus días, enfermo pero libre y pintando, en Suiza. Su protesta sólo le acarreó el exilio, pero al menos no le partió la cara a nadie ni tiró huevos, o ladrillos, a coches, ni intimidó mujeres, ni le fastidió el día a una persona normal que eligió, porque no tenía muchas opciones más, ser mosso d'esquadra.

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